Balanitis: señales de alerta en el pene de tu bebe

 

 

Como ya os he contado en el post sobre la fimosis en bebés y niños, que podéis leer en www.entrelazadasmaternidad.es, el pene de nuestros bebés no debe retraerse hacia atrás. No es necesario bajar el prepucio para realizar la higiene diaria. Esta práctica, que todavía hoy se sigue recomendando, es un error. Y digo que es un error porque, en las consultas de pediatría, estamos viendo más infecciones causadas por una excesiva higiene. Esto ocurre por romper de manera repetida las adherencias naturales que tienen los bebés, lo que conocemos como fimosis fisiológica, la cual tiende a desaparecer de forma natural a medida que el pene crece y les dejamos manipular sus genitales.

Cuando ya se les quita el pañal, hay que animarles a retirar el prepucio suavemente hacia atrás para que vean por dónde sale su pis. Este truco es ideal para que empiecen de forma natural a reconocer su cuerpo y ayuda a ir separando las adherencias poco a poco y con cuidado.

¿Por qué os recuerdo esto tan importante? Porque ahora, en verano, pueden aparecer las balanitis, y siempre llegan acompañadas de las culpas, esas culpas con las que cargamos en la maternidad por la autoexigencia constante: “Esto pasó por no bajar el prepucio de mi bebé en la ducha”. Pues no tiene por qué, y os cuento por qué no. Sigue leyendo.

Qué es la balanitis en bebés

La balanitis es una infección del glande que puede afectar a las zonas de alrededor. Si la inflamación es del prepucio, se llama postitis. Se reconoce por una inflamación de la punta del pene (glande), con mucha sensibilidad y dolor, acompañada de hinchazón y enrojecimiento. En algunos casos puede aparecer pus, un líquido espeso blanquecino con un olor llamativo. Un dato: el 4% de los hombres la padecerán en algún momento, pero el pico más alto se da en edad preescolar, siendo la mayoría de veces inespecífica, de causa irritativa, según datos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).

Balanitis infantil en verano

La balanitis puede presentarse en cualquier época del año, pero vemos un repunte en verano, cuando la humedad es más frecuente por el uso de pañales o bañadores mojados, famosas candidiasis, en un contexto de dermatitis de pañal. La principal causa es la higiene, tanto en exceso como en defecto. Al tratar de retraer el prepucio con demasiada fuerza para mantener la zona limpia, acabamos provocando microlesiones en las adherencias naturales del nacimiento.

Tampoco está claro que tener un episodio de balanitis en la infancia obligue a una futura intervención por fimosis. Lo más importante es acompañar y aliviar el dolor que sienten nuestros bebés. Cogerlos en brazos, dejarlos desnudos para que nada roce sus genitales y acompañar su llanto son los primeros pasos (aunque no los únicos) para favorecer su pronta recuperación y bienestar.

Síntomas de balanitis en bebés

  • Dolor sin tocar el pene. A veces no permiten que se les toque el pene, como mecanismo de defensa.
  • Hinchazón. No siempre es visible en el glande, ya que en muchos bebés no se ve el glande. La inflamación suele estar más atrás, en la base del pene.
  • Es muy evidente si se observa: la zona inflamada está muy roja, mientras que el resto de la piel mantiene su color normal.
  • Picor, en la zona genital
  • Temperatura elevada en la zona afectada.
  • Colección de pus. Muy típica al retirar el prepucio hacia atrás.
  • Cambios en la micción. Puede hacer pis con mucha frecuencia debido a las molestias.
  • Fiebre, en algunos casos.
  • Irritabilidad, acompañado de llanto en los lactantes pequeños.

¿Cómo se puede diagnosticar?

El diagnóstico de la balanitis se realiza a partir de los síntomas. El pediatra normalmente no hará ninguna prueba especial, pero es fundamental acudir a consulta para una valoración profesional.

Cómo tratar la balanitis en bebés

El tratamiento puede ir desde lavados con suero fisiológico, utilizando una jeringa para instilarlo suavemente bajo el prepucio, dos lavados al día, hasta el uso de cremas con corticoides o antibióticas, o incluso la valoración de una posible fimosis. El tratamiento siempre debe ser indicado por el pediatra.

¿Cómo podemos prevenirla?

  • Mantener una higiene adecuada de los genitales (¡un baño en la piscina no cuenta como baño en casa!). Utilizar agua y jabón neutro.
  • No dejar al niño con el bañador mojado tras el baño.
  • En verano, procurar que estén desnudos o con pañales secos, evitando la acumulación de orina.
  • Si los pañales son reutilizables, cambiarlos con más frecuencia en verano.
  • Mantener una correcta higiene de manos, especialmente si están en la fase de autoexploración.

La balanitis suele aparecer de forma súbita. Las familias suelen darse cuenta porque el pene está muy rojo e inflamado o porque aparece pus al retirar el prepucio. Ambas situaciones suelen asustar mucho, ya que pensamos: “¡Ayer no lo tenía!”.

Me gusta recordaros que nunca es tarde para tratar una balanitis. No os castiguéis ni os agobiéis por los tiempos; lo importante es saber actuar y confiar en el criterio de la pediatra para indicar el tratamiento adecuado o realizar los lavados necesarios.